Muchas veces estamos tan enamorados, que no queremos ver señales evidentes de que las cosas no están marchando tan bien en materia amorosa.
En algunos casos, es posible que nuestras parejas quieran dejarnos, pero no tienen las agallas para decirlo directamente, y comienzan a comportarse en forma distinta, con una actitud fría, despreocupada y poco tolerante. En muchos casos pueden deberse a crisis momentáneas, que son normales durante una relación sentimental. Sin embargo, cuando empiezan a repetirse muy frecuentemente y se prolongan por más tiempo del pensado, hay que levantar las alertas.
Alerta telefónica 1: “No llama por teléfono por mutuo propio”: cuando todo era “miel sobre hojuelas” tu pareja siempre te llamaba para saber cómo estás. Sin embargo, ahora sólo logras comunicarte con tu pareja si tú la llamas.
Alerta telefónica 2: “No contesta los llamados”: cuando la situación anterior se agrava, tu pareja ni siquiera te contesta las llamadas. O si lo hace, te dice que está ocupado/a y que te llamará más tarde, algo que jamás sucede.
Alerta telefónica 3: “No envía mensajes por WhatsApp”: tampoco contesta los tuyos, aunque éstos estén con tickets de leídos. Sólo verás un mensaje de tu pareja si es que perteneces a un grupo de WhatsApp en común con él/ella, pero olvídate de los mensajes personalizados.
Demostración verbal de cariño: El “te amo” se va desinflando a un “te quiero”, para pasar después a una simple respuesta “yo también”. Cuando la situación empeora, se remite a un “te tengo cariño/aprecio”. Y finalmente, a nada.
Se termina el s3xo espontáneo: la primera señal, es que él/ella deja de tener la iniciativa en materia s3xu@l y sólo responde a tus solicitudes y con una actitud más de “cumplir” que de “querer”. Finalmente, comienzan las infinitas excusas para evitar tener un acercamiento íntimo contigo.
Se acaban los panoramas a solas: si bien tenías una intensa vida social con tu pareja, siempre se dejaban algún espacio para estar solos y compartir juntos y en la intimidad momentos de cariño y amor. Pero repentinamente, tu pareja empieza a evitar los panoramas a solas y, con todo tipo de justificaciones, incluye a amigos o familiares hasta para ir al cine, como evitando estar a solas contigo
La inesperada autonomía social: éste es un grado más grave que el anterior, porque ahora incluso te excluye de los panoramas. Si bien es normal que la pareja quiera también tener su propio espacio con sus amigos, las alertas se encienden cuando esta situación se repite más de lo normal y comienza a dejarte de lado en la mayoría de sus panoramas y eventos sociales. De hecho, sólo te avisa de su viaje a la playa con amigos o de ese entretenido asado en el campo, sin invitarte y mucho menos dándote explicaciones.
Se terminan las demostraciones físicas de cariño: la primera señal de alerta es cuando deja de demostrar físicamente su cariño en público. Por ejemplo, ya no te da la mano, ni te hace cariño en el pelo y mucho menos te abraza si hay más gente a su alrededor. La segunda señal de alerta, es cuando esta indiferencia se traslada al plano privado.
Intensificación de las peleas: la dinámica de la relación se vuelve más tormentosa y comienzan a discutir en forma más frecuente que antes. En muchos casos, tu pareja comienza a echarte la culpa de todo lo malo que le sucede.
El trabajo pasa a ser más importante: muchas personas que no se atreven a reconocer que están viviendo una crisis amorosa con su pareja, se refugian en su trabajo, destinando más horas a sus labores profesionales, como una forma de evitar tener que encontrarse con su pareja. Esto puede suceder por otros motivos, por ejemplo, que esté pasando por una carga laboral extra. Pero las alertas se encienden si va acompañado de otros síntomas, como el descariño, o si se prolonga mucho en el tiempo.
Cuando no te acompaña a tus compromisos sociales: por ejemplo, ya no le interesa ir contigo a almuerzos familiares o eventos sociales de oficina y prefiere quedarse en casa viendo televisión.
Los amigos comienzan a actuar diferente contigo: esta es otra clara señal de que las cosas no van bien. Tu pareja tuvo la confianza de decirle a su grupo de amigos que pensaba próximamente terminar contigo, pero a ti aún no te lo comunica. Y los amigos, por más que traten de hacerse los desentendidos y de disimular, de igual forma pueden quedar en evidencia con actitudes extrañas que antes no tenían, por ejemplo, no saludarte (o hacerlo fríamente) o ser más indiferentes.
Se rehúsa a hacer planes a futuro: si antes siempre proyectaban realizar actividades en conjunto e idear maravillosos planes, de repente todo eso termina. Ahora jamás querrá hablar de algunas vacaciones o viajes juntos, ni de ningún plan que involucre un compromiso a futuro.
No se interesa por tus asuntos: tu pareja ya no te pregunta sobre tu día ni cómo estuvo tu jornada laboral. De hecho, te habla poco y esas conversaciones interesantes y entretenidas son parte del pasado. Ahora sólo contesta cuando se le pregunta algo, y en muchos casos, con monosílabos.
Te dice que “tienen que conversar”: cuando la pareja hace esta solicitud, es inevitable que el otro quede “helado”. Obviamente es una señal de que algo no está bien, y lo más probable es que debas prepararte para el fin del compromiso. Si bien puede ser por otros motivos, por ejemplo para conversar sobre un tema complicado o sobre cómo mejorar la relación, cuando esta frase va acompañada de alguna de las demás señales anteriormente mencionadas, lo más probable es que ya finalmente haya tomado la decisión de dejarte.
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